Cuando se trata de placer, cada detalle importa. Y el lubricante puede ser justo ese detalle que lo cambia todo. Desde suavizar el movimiento hasta potenciar la conexión con tu pareja, su uso transforma la experiencia sexual en algo más fluido, cómodo y excitante. Si alguna vez te preguntaste para qué sirve exactamente o cómo sacarle el mayor provecho, aquí te lo contamos con claridad y sin tabúes.
Más que fricción: los beneficios reales del lubricante
Hablar de lubricante es hablar de bienestar sexual. Su función principal, sí, es reducir la fricción, pero sus beneficios van mucho más allá. Aporta comodidad, mejora la sensibilidad y crea un entorno más relajado donde el cuerpo fluye sin tensión.
También permite una mayor exploración del placer: puede usarse durante el juego previo, con juguetes sexuales o incluso en el sexo oral, dependiendo del tipo. Es un aliado para romper la rutina y abrirse a experiencias nuevas sin incomodidades ni pausas innecesarias.
Y cuando se usa junto con un buen condón, como los Trojan™, que ofrecen distintas texturas y garantizan el máximo placer con el confort, se refuerza la seguridad sin perder sensaciones.
¿Cuándo es buena idea usar lubricante íntimo?
Más allá de “cuando lo necesitas”, el lubricante es útil cuando simplemente quieres sentir más. Es ideal en momentos donde la lubricación natural no es suficiente, pero también en encuentros donde el placer y la comodidad son prioridad.
Úsalo durante la penetración, con condón o sin él. Aplícalo cuando introduzcas juguetes o para que el juego previo sea más húmedo, más largo y más excitante. Algunos incluso prefieren usarlo en el sexo oral si eligen fórmulas con sabor.
También es recomendable cuando hay estrés, cansancio o simplemente ganas de algo diferente. No es una señal de que algo está mal. Al contrario: es una herramienta para explorar sin presiones.
Cómo usar lubricante durante el sexo sin cortar el momento
Aplicar lubricante no debería sentirse como una interrupción, sino como parte del juego. Lo ideal es integrarlo de forma sensual: puedes calentarlo con tus manos, aplicarlo lentamente sobre tu pareja o invitar a que lo haga contigo. Esa pausa, bien usada, puede aumentar la tensión sexual en lugar de romperla.
Utiliza una cantidad moderada al inicio, y añade más solo si lo necesitas. Con condón, aplícalo por fuera para mejorar el deslizamiento sin comprometer la seguridad. Si usas juguetes, asegúrate de que el tipo de lubricante sea compatible con el material.
Tenlo siempre a mano, cerca de la cama o donde suele pasar “la acción”. Un envase con dosificador también puede ayudarte a que todo fluya sin distracciones.
Elige bien y siente más: tu guía para acertar

No todos los lubricantes funcionan igual, ni todas las experiencias piden lo mismo. Por eso, elegir el adecuado tiene todo que ver con cómo quieres sentirte durante el encuentro.
Si prefieres una sensación ligera y natural, que se limpia fácil y es segura con condones y juguetes, elige uno a base de agua. Son versátiles y discretos, ideales para encuentros espontáneos o juegos prolongados sin complicaciones.
¿Buscas algo que dure más, incluso bajo el agua o en sesiones intensas? Entonces el de base de silicona puede ser el ideal. Tiene una textura más densa, no se evapora con facilidad y ofrece una lubricación prolongada, aunque no es compatible con todos los juguetes.
También puedes probar opciones híbridas o aquellas que ofrecen efectos sensoriales como calor o frescura. Hay un lubricante para cada cuerpo, cada ritmo y cada deseo.
La clave está en elegir desde el placer, no desde la necesidad. Porque cuando eliges bien… se siente mucho mejor.
Y cuando el placer va de la mano con la confianza, marcas como Trojan™ se convierten en cómplices silenciosos de cada encuentro. Porque más allá de la protección, lo que buscan es acompañarte a descubrir cómo se siente realmente disfrutar: sin prisa, sin interrupciones y con productos diseñados para que cada decisión —como el lubricante que eliges— potencie lo que ya funciona entre tú y tu pareja.